lunes, 23 de septiembre de 2013

UNO DE CADA TRES DIVORCIOS SE PRODUCE DESPUÉS DEL VERANO

pareja regañando     


Durante el mes de septiembre se produce uno de cada tres divorcios ¿casualidad? No lo creo. Durante el verano cambiamos nuestro ritmo de vida, pasamos más tiempo en casa, con la familia y menos tiempo en el trabajo.  

Muchas de estas parejas que toman la decisión de divorciarse tras el verano aparcan sus problemas, las dificultades de pareja durante el año. El estrés, el ritmo acelerado, nos deja pocas ganas para enfrentarnos a los problemas y discusiones y poco tiempo para pensar en ello. Solemos dejarlo, ocuparnos del resto de cosas para así no hacernos cargo de algo tan doloroso como puede ser un problema de pareja.


¿Qué pasa en verano? Todos esos problemas y dificultades que hemos abandonado salen juntos de ese cajón olvidado, ya no tenemos la excusa del trabajo sino que nos estalla todo lo que hemos ido arrastrando sin tener otra alternativa que prestarle atención.


¿Qué pasa cuando arrastramos un problema evitando prestarle atención? Inevitablemente este se hace más fuerte, está más arraigado en el tiempo y es más difícil ponerle solución.


Al finalizar el verano es un momento en el que muchas personas tienden hacerse un balance de situación, proponerse metas y abrir un nuevo capítulo de su vida. Por ello, la aparición de problemas en una pareja poco estable puede llevar fácilmente a la ruptura.

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