miércoles, 23 de octubre de 2013

EL DESAMOR


¿Quién no ha sufrido en algún momento el desamor o mal de amores? Sufrido o no es fácil reconocer el desamor como la falta de amor y aunque cada persona lo vive a su manera, perder a la persona que queremos suele hacer sentirnos tristes, vacíos, tener ganas de llorar, perder el apetito, no poder sacarle de la cabeza, no poder olvidarle, experimentar dependencia emocional… 

El amor, el desamor y el odio están estrechamente ligados, por ello, cuando esa persona a la queremos se aleja de nosotros o nos hace daño, fácilmente podemos odiarle y seguir queriéndole a la misma vez mientras experimentamos ese desamor.

Cuando una relación de pareja empieza a ir mal, es normal que uno de ellos se de cuenta antes que el otro de esta nueva situación, incluso puede que uno de los dos se desenganche antes de la relación.  Aunque no es lo más común, también puede pasar que ambos vayan al mismo ritmo y  vean las dificultados y el alejamiento entre ellos a la misma vez.

En el momento en el que aparecen problemas en la pareja se pueden tomar dos decisiones: luchar por la pareja o tomar la decisión de romper. Cuando se decide cortar, suele vivirse como un fracaso personal y de pareja, sin embargo, esto es de dos, una ruptura no es culpa de uno u otro sino responsabilidad de las dos partes de la relación. Este momento de ruptura siempre es duro para ambos pero a veces es lo más sano.

Muchas parejas evitan la ruptura por miedo, siguen luchando por algo que realmente no es posible provocando un desgaste y consiguiendo un efecto contrario, dañar irreparablemente la relación. Evidentemente la ruptura es dura pero, en estas ocasiones, es una sabia decisión para que cada uno pueda rehacer su vida.

Tras una ruptura ambas personas han de pasar por un estado de duelo en el que asumir la pérdida ya no sólo de esa persona sino también de pertenecer a una pareja. Durante este período es normal que ambos sufran, incluso el que ha tomado la decisión de romper la pareja, ya que es el momento en el que el desamor hace su máxima presencia.

A pesar de la mala prensa que el desamor tiene, aporta una gran experiencia al ser humano: apreciar e identificar el amor de verdad. Por eso, aunque a veces nos choquemos con el desamor en nuestra vida, es necesario enfrentarse a él, superarlo y tras recolocar a esa persona en nuestra cabeza y nuestro corazón, retomar las riendas de nuestra vida para seguir buscando ese amor por el que sí estaríamos dispuestos a luchar.

Mª Isabel Naranjo Castro
Psicóloga Agencia Matrimonial Cyclo


jueves, 17 de octubre de 2013

EL AMOR EN PAREJAS HOMOSEXUALES


El amor en parejas homosexuales es un tema rodeado de mucho mito debido a su relativa novedad, a pesar de que la práctica homosexual ya aparecía en la Antigüedad.
Ciertamente, estas parejas cuentan con una peculiaridad que supone una dificultad y es que, a diferencia de las parejas heterosexuales, no cuentan con modelos representativos en su entorno, por regla general.  Esto suele crear bastante desconcierto en la pareja homosexual que intenta adaptar ese modelo aprendido a su situación con no muy buen resultado.
Por otro lado, nos encontramos con la carga cultural que nos rodea, la cual atribuye un rol al hombre y otro a la mujer dentro de la pareja. En una pareja homosexual no es posible corresponder a este rol por lo obvio, el papel de cada miembro de la pareja no se puede distribuir por su sexo. Esto puede suponer un tema más de desconcierto, ya que la pareja ha de llegar a un acuerdo y negociar cuál será el rol y las funciones que cada uno desempeñará dentro de la pareja.
Estos dos aspectos suponen un añadido a los problemas y conflictos que una pareja tiene. Sin embargo, no hay tantas diferencias entre una pareja homosexual y heterosexual, puesto que, ambas se caracterizan por ser una relación afectiva más o menos formalizada entre dos personas.
Es muy común el prejuicio de que la promiscuidad se da en las parejas homosexuales. Evidentemente, la promiscuidad está presente así como la infidelidad, pero no por ello quiere decirse que no haya parejas homosexuales estables y fieles. El hecho de que se de promiscuidad o no, no depende de si se es homosexual o heterosexual sino de la persona en sí misma, independientemente de su orientación sexual.
La pareja homosexual, así como la heterosexual, busca compartir su vida con esa persona a la quiere. Esto no les libra de tener que organizarse como pareja y enfrentarse a las diferencias que aparecen dentro de la pareja, los problemas de comunicación, si viven juntos repartir las tareas del hogar, los problemas de las familias de cada miembro de la pareja, los celos o los problemas económicos.

De este modo, el amor en las parejas homosexuales se vive, al igual que en las heterosexuales, como un sentimiento que da un plus de bienestar a la vida de la persona. 

Mª Isabel Naranjo Castro
Psicóloga Agencia Matrimonial Cyclo

viernes, 11 de octubre de 2013

¿QUÉ ES LA DEPENDENCIA EMOCIONAL?


La dependencia emocional es un estado psicológico que hace sentir a la persona la necesidad de someterse al otro convirtiéndolo en una idealización y una necesidad de la que no se puede prescindir. Normalmente, la dependencia emocional se ve en parejas pero también se puede ver en una relación de amistad o familiar.
Este tipo de personas suelen tener una baja autoestima y sólo con la cercanía y aprobación del otro se sienten valoradas, se ven muy influidas por lo que los demás piensen y tienen mucho miedo al abandono. Todo esto les lleva a anteponer las necesidades de los demás a las suyas dejándose guiar y actuando en función de lo que le pidan los demás para obtener aceptación y cariño.
Estas personas suelen engancharse a una relación de pareja por el simple hecho de no estar solas. Además, la dependencia emocional hace que siempre antepongan el bienestar de su pareja al suyo propio construyendo una relación destructiva donde, a pesar de que la unión aparenta estar marcada por el amor, realmente es esa dependencia y la necesidad de huir de la soledad lo que une. Evidentemente esto no es sano ni para la persona ni para la pareja.
¿Qué puede hacer una persona dependiente emocionalmente para mejorar? El primer paso sin duda es reconocer este problema y querer mejorar su calidad de vida. Este paso es imprescindible, además, mejorar conlleva un cambio y a veces el cambio no podemos realizarlo por nosotros mismos sino que necesitamos la ayuda de un profesional para poder cambiar.
Pero ¿qué convendría cambiar para alcanzar esa mejora? Aprender a quererse a uno mismo es primordial, fomentar nuestra autoestima, ya que la autoestima baja es una de las características básicas de la dependencia. Aprender a estar solo, ya que el amor sano llega cuando nos sentimos bien con nosotros mismos y para querer a otro antes tenemos que querernos a nosotros mismos. Primero hay que aprender a disfrutar de la vida sin pareja para seguir disfrutando cuando esta aparezca.
También es muy importante relacionarse de una manera asertiva, es decir, poder expresar nuestros deseos, necesidades u opiniones de una manera adecuada. Esto es muy importante, ya que cuando hablamos de dependencia emocional, lo que suele hacer la persona es callarse y simplemente adaptarse y complacer al otro.
Si conseguimos mejorar en estos aspectos, podremos conseguir una pareja formada desde la igualdad, donde ambos se respeten, se valoren y lo que los una sea verdaderamente el amor y no esa dependencia destructiva.

Mª Isabel Naranjo Castro
Psicóloga Agencia Matrimonial Cyclo

lunes, 7 de octubre de 2013

SEPARACIÓN A OJOS DE LOS HIJOS

             
Siento la necesidad de escribir en este blog sobre un tema muy presente en las personas que se pasan por mi agencia y conversamos sobre su separación y el dolor de ver cómo les ha influido a sus hijos. 

Yo, por desgracia, viví esta situación en mi época de adolescente y, como tal, pienso que puedo expresar en primera persona la dureza que sufren los hijos injustamente cuando sus padres llegan un día a la conclusión de separarse. 

Cuando hay una separación lo que tienen que tener muy en cuenta es facilitar la vida de sus hijos, no obligarles a tomar partido de irse con uno o con otro, no poner a sus hijos de testigos a vuestras peleas y conflictos, ésto sinceramente puede crear hacia sus hijos un sentimiento desolador.

Todos sabemos el duro golpe de una separación, los hijos lo solemos interpretar como un abandono ó una falta de atención por parte de los padres. 

¿Pero sabéis hasta qué punto puede influir la separación de unos padres? Muchísimo, sea como fuere este trauma vivido por los hijos tendrá sus consecuencias ya sea en el presente o en el futuro.

Como he contado anteriormente me pilló en una época de mi adolescencia, siempre ocultando mi pena y daño interior, por eso, la mejor cura que podéis hacer es darles mucho afecto y que sientan esa confianza de que, aunque sus padres se hayan separado, siempre vais a estar cerca de ellos, ofreciendo amor y atención.

Toda separación supone un proceso de duelo, a la readaptación a las nuevas circunstancias. Muchas veces ocurre que los padres están más pendientes de las duras batallas por la custodia de los hijos ó por la pensión alimentaria y se despreocupan de lo más importante que es de lo que realmente sienten los  hijos.

Yo ahora soy madre, y tengo muy claro que si me pasara algún día esta situación, la primera prioridad sería mi hija, ya que la separación es del matrimonio, no de los hijos y recuerden que lo mejor que pueden hacer es respetarse mutuamente, porque así, respetareis a vuestros hijos.

Silvia Medina
Directora Agencia Matrimonial Cyclo

viernes, 4 de octubre de 2013

CÓMO SEDUCIR CON EL LENGUAJE NO VERBAL


La seducción es un arte compuesto no sólo por palabras, de hecho, para seducir no es imprescindible hablar, basta con saber manejar tu cuerpo, tu expresión corporal y comunicarte a través de lo no verbal. Tener en cuenta esto es muy importante, ya que el lenguaje corporal representa casi el 90% de nuestra comunicación.
El lenguaje corporal es muy difícil de controlar y rara vez le prestamos atención, no así como el verbal, además, por ello, para aprender a controlarlo y captar los mensajes que te envían hay que empezar por observarlo, prestarle atención.
Dicen que “La cara es el espejo del alma” y es que, la cara es la parte más expresiva y a través de la que transmitimos mayor información. Especialmente hay que tener en cuenta la mirada, pues es la parte más importante cuando queremos gustar a alguien y siempre es protagonista cuando se trata de seducir.
En este aspecto, la mirada es el primer recurso usado para provocar un acercamiento. El hombre mira más directamente a la mujer, lanza una mirada más continua, sin embargo la mujer lo hace de manera intermitente pero si te está buscando, no lo dudes, tras apartar los ojos, volverá a mirarte en menos de un minuto. No olvides  la primera norma, observación, y observación donde corresponde porque muchos hombres se distraen mirando el cuerpo y se pierden miradas muy reveladoras, esa mirada oblicua típica de la seducción femenina.
La sonrisa también tiene un papel importante en la seducción por parte tanto de la mujer como del hombre. El predominio de esta en una conversación expresa la conexión entre dos personas, la necesidad de resultar agradable y alagar al otro haciéndole sentir un interlocutor atrayente y entretenido. En muchas ocasiones, sobre todo las mujeres, alternan la sonrisa  dejando los labios entreabiertos como una expresión directa de seducción.

Los gestos también dan mucha información, aunque el número de gestos de la mujer es más amplio que el del hombre. Los hombres suelen sacar pecho, mantener la cabeza erguida y pasarse la mano por el pelo, intentan llamar la atención realizando alguna broma, riendo y haciendo notar su presencia con comentarios ingeniosos. Las mujeres por su lado, levantan el pecho y coquetean con el cabello ladeando la cabeza. Cuando caminan marcan más sus pasos moviendo la pelvis y si están sentadas cruzan las piernas.


No podemos olvidar, que el lenguaje no verbal no sólo se utiliza para seducir sino que, mediante la observación, podemos ver claras señales de rechazo que pueden ayudarnos a cambiar de estrategia si estamos interesados en la persona y vemos este rechazo. Los brazos cruzados indican negación, estar en desacuerdo o a la defensiva. Otros gestos muy comunes son taparse la boca, una sonrisa cerrada, parpadear continuamente, rascarse o frotarse los ojos, movimientos repetidos de piernas o pies o bostezar.


Si observas este tipo de cosas no dejes escapar la oportunidad y aprovéchala antes de que la otra persona convierta la comunicación no verbal en verbal y sea demasiado tarde.


Mª Isabel Naranjo Castro

Psicóloga de la Agencia Matrimonial Cyclo